Lo malo fue que la romántica visita se convirtió en pesadilla cuando, luego de que Lindsay decidió salir luciendo una estola de piel y una activista defensora de los animales enfureció al ver esta afrenta y ¡decidió bañar, literalmente bañar, a Lindsay en fluor!
Así es. La pobre Lindsay se vio de pronto empapada en esta desagradable sustancia, que había arrojado a su cuerpo con una especie de soplete. Lindsay enfureció pero en todo momento contó con el apoyo de la fiel Samantha. Bueno, también quién le manda a apoyar la crueldad contra los animales comprando accesorios hechos de piel.
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